
Cuando nos embarcamos en la aventura editorial de Edisena, él nos ofreció desinteresadamente una serie de cinco divertidos relatos (enlazados por el tema del más allá), para que iniciáramos la colección “Odaluna”. El libro se llamó Tras la frontera y, aunque se vendió tan regularmente como casi todos (un libro no se vende por la calidad del texto o del autor, sino por las técnicas comerciales que se utilicen para lograrlo), nos produjo un gran beneficio: la amistad de Fernando Lalana quien, a pesar del transcurso de los años y el fracaso como editor, me sigue recibiendo con los brazos abiertos cada vez que paso por Zaragoza.
Bueno, alguno de vosotros se estará diciendo, ¿pero no era a él a quién teníamos que leer? Pues sí, es verdad, pero es que, como de él no tengo ningún texto corto que poner de muestra (aunque podría buscarlo), he pensado remitiros al sitio de su página en el que se encuentra, precisamente, uno de los cinco relatos del libro que editamos. Podéis leer el cuento completo y, además, desde él, iniciar un paseo por el resto de la página. Sólo tenéis que pinchar aquí:
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